El otro día fui a bailar con unas amigas que conocí el verano pasado y por recomendación de ellas (Claudia, la mayor del grupo) fuimos a un lugar muy cool. Recién llegadas y caminando entre un mar de personas, nos topamos con unos chicos. Uno de ellos era el chico con que Claudia tuvo algo así como un amor de verano. Frente a frente, se saludaron, sonrieron mutuamente y comenzaron a alejarse poco a poco del gentío, mientras otro de los chicos aprovechaba que mi mente divagaba por el universo para
invitarme a bailar. Esa noche no volví a ver a Claudia hasta que nos vinieron a buscar. Subiendo al auto pregunté dónde se había metido, pero se negó para no despertar sospechas de mi madre.
invitarme a bailar. Esa noche no volví a ver a Claudia hasta que nos vinieron a buscar. Subiendo al auto pregunté dónde se había metido, pero se negó para no despertar sospechas de mi madre.